Paeonia broteroi

Especie libidinosa, de claro aspecto lascivo, es la flor expuesta en el bosque lenocinio desde una estrategia cuyo objetivo último es la lujuria ávida en su polinización. Los del lugar la llaman "Rosa albardera", a causa de sus frutos que pueden recordar un par de albardas. La podemos buscar en las sierras de Moratalla, cerca de Revolcadores. No hay que confundirla con su hermana de género, la Paeonia officinalis.

Chamaerops humilis

El palmito es la única Palmácea silvestre o autóctona (como algunos les gusta decir)que crece en la Península Ibérica. Exclusiva de los litorales y aledaños. Su porte y edificio cuando crece en condiciones positivas son indómitos y espectaculares, dignos de una sutil acuarela. Dada la impresión que la naturaleza mediterránea sintiéndose marginada en el reparto de las especies, y no habiendo sido agraciada con ninguna colosal palmera, se entregó totalmente a que el diseño del Chamaerops humilis, la más humilde y enana de la familia mediterránea, fuese la más bella y venusta.

Sonchus tenerrinus

La llaman popularmente "Linzón". En los campos y en los pueblos de la Región tradicionalmente se ha consumido las hojas tiernas y lechosas del "Linzón" en ensaladas aderezadas con vinagre, ajo y tomate triturado (es un plato exquisito). Son cuatro las especies del género Sonchus que crecen y se desarrollan en las tierras fértiles de toda Murcia. Tiene una silueta enredosa, de confusión clorofílica, sólo sus capítulos florales le infieren cierto magnetismo racional. Es muy común y abundante.

Centaurea jimenezii

Le llaman Cardo amarillo de roca, algunos botánicos lo consideran una subespecie de la Centaurea saxicola, que son muy parecidos, aunque uno de mayor envergadura que otro. La Centaurea jimenezii está armado de espinas de más de treinta milímetros y puede alcanzar la mata en su conjunto el metro de altura. Crece en las rocas litorales, a veces, salpicado por el acuoso oleaje salvaje del Mediterráneo.

Centaurea melitensis

Es un cardo extendido y fácil de localizar en suelos nitrificados y en barbechos liberados de los campos agrícolas de la Región. Sus cabezuelas están bien diseñadas sobre tallos rígidos y erectos; con lígulas pintadas de amarillo oro y brácteas del involucro jabalconadas de una espina cilíndrica y larga.

Aetheorhiza bulbosa

Para antes de San José la Aetheorhiza bulbosa ha desplegado su sombrilla floral, coloreando con sus lígulas amarillas las arenas o las poquísimas dunas que aún quedan entre las construcciones de La Manga del Mar Menor. Es de flor única, que erecta, como un faro natural que eleva su arquitectura para llamar la atención a los navegantes,nos enseña su belleza. A diez o quince centímetros de profundidad, bajo la arena cálida, un bulbo de su propiedad la alimenta.

Centaurea aspera

Esta bonita, singular y grácil especie vegetal de colores dulces y afectivos crece exuberante en abundancia en los campos y tierras abandonadas a su suerte natural. Es la Centaurea aspera una flor de la gran familia de las Compuestas o Asteráceas, de tallos con esquinas angulosas y flores en cabezuelas individuales en forma de minúscula alcachofa con diminutas espinitas en las brácteas del involucro. Se la emplea en farmacología como hipoglucemiante, es decir, es capaz de disminuir el azúcar en sangre.